La Ribera vivió una Semana Santa llena de actos.

La pequeña Daniella Garro Paz cumplió a la perfección con su papel de Ángel en la tradicional ceremonia del Domingo de Resurrección. Minutos después de las nueve, una vez que la Virgen, con su velo negro de luto, llegase a la plaza, las puertas del templete se abrían para dejar salir a la pequeña. Haciendo gala de una gran tranquilidad, Daniella se acercó a la madre dolorosa soltando los aleluyas al llegar a la altura del kiosco. Una vez junto a la Virgen, anunció en alta voz la resurrección de Jesús de manera que el numeroso público congregado, inmerso en un respetuoso silencio, pudo oírla a la perfección...

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